De ser objeto de ultraje y el poco cristiano calentón, a la "grandeur" sin sustancia

Queridos beturios: Este mes tan chico, al que le restan días y que nunca remata, a pesar de que cada cuatro años se le regala la compensación de uno, por aquello de que cuadren los solsticios, ha dado de sí lo suficiente, para que resulte un ejercicio el intentar resumirlo. Así que preparaos, porque no lo he conseguido, es decir, que sí lo he conseguido, pero de todas maneras, va a ser largo. Y es que vosotros, beturios, cada uno en su especialidad, sois un pozo de sabiduría y conocimientos que siempre llenáis en los demás este hueco que nos falta en la ciencia que no es de nuestro dominio. Y eso es siempre impagable y que da como consecuencia el que entre todos seamos más que la suma de cada uno. Sin más preámbulos: que sois unos fenómenos. Espero que algún día se nos reconozca en la figura de Beturia. Después de este botafumeiro, totalmente justo, paso a la acción. Tenéis lectura para 30 días, advirtiendo que, si se os hace largo, tenéis la obligación de leerlo por entregas, pero que la tenéis, porque sino ¿a qué santo, pobrecita yo, mes a mes, me empeñaría en teneros al día?


Imagen cedida por Dn. Agustín Espinosa

En nuestro paseo habitual de los segundos sábados de mes llegamos de la mano documentada de Dn. Ricardo Hernández Mejías, de quien recojo la información erudita, a la basílica de Atocha y al Panteón de Hombres Ilustres. Y me viene a pelo extenderme, porque en las fechas que esto escribo se suceden los homenajes a la mujer y Atocha, como todo monumento que se precie, está unido a la leyenda y esta vez la leyenda tiene que ver con el derecho a ser ultrajada, si a una le apetece.

Según los documentos que se conservan en la catedral de Toledo, ya se conocía en el S. VII la existencia de una ermita dedicada a la Virgen. San Ildefonso informa de su situación en los extramuros de Madrid, describiendo la talla, que un mal día desapareció y fue encontrada posteriormente en un atochar, campo de tochas o esparto, de ahí el nombre de Atocha. Para preservar la imagen de futuros posibles hurtos, se decidió levantar una nueva y firme edificación. Los moros, siempre a la greña, al ver a los cristianos levantar nuevo edificio, decidieron atacarles, pensando que se trataba de una fortificación. Los cristianos, al ver la fuerte acometida de sus enemigos, para evitar que sus mujeres e hijas cayeran en sus manos y fueran ultrajadas, no las escondieron, ni las mandaron con sus madres ni abuelas, ni se les ocurrió ocultar su condición femenina disfrazándolas de hombres, no, como la ocasión la pintan calva, decidieron degollarlas. Ya sin estorbos, la suerte les fue propicia y pudieron vencer con gran valentía y arrojo al enemigo más numeroso y fueron en comandita a dar las gracias a la Virgen, encontrando a todas sus mujeres orando ante la imagen. Lo que, qué remedio, consideraron un milagro.

Imagen de los asistentes, cedida por Dn. Agustín Espinosa

Lo que no dice la leyenda es si ellas les perdonaron o les hicieron pasar de por vida por las horcas caudinas de su desprecio, estilo Lisístrata, y aún más. Ya sabéis, en la antigua Grecia, la primera feminista de la historia literaria de la mano de Arístofanes, quien cuenta como Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra. Avisados quedáis. Perdonadme el poco cristiano calentón, pero lo del degüello es que me puede. Lope de Vega, Zorrilla, Rojas y Harzenbusch recogen también esta historia, para que veáis que no me la invento, aprovechando la coyuntura.


Imagen cedida por Dn. Agustín Espinosa

La verdad, estos atavismos carpetovetónicos de arrastrar a la mujer por la coleta y, si no se deja, darle bien para reblandecer las voluntades, me parece no sólo criminal, sino poco evolucionado, síndrome antediluviano que, lamentablemente, no ha cesado, no librándose ni las reinas. Anteayer mismo, como quien dice, un dos de febrero de 1852, mes y medio después de haber dado a luz a la infanta Isabel, “La Chata”, la reina Isabel II, se disponía a oír la misa de parida, cuando el cura Martín Merino y Gómez sacó de su sotana un estilete de una cuarta, comprado en el Rastro, asestando a la reina una cuchillada, provocándole una herida, amortiguada por las ballenas del corsé. Agradecida, la soberana ofrendó a la Virgen de Atocha un conjunto de joyas realizadas con las piedras que llevaba el día del atentado: una corona de brillantes y maravillosos topacios de Brasil, que es la que lleva la virgen en la actualidad. Yo no tenía ni idea, pero fuimos ilustrados debidamente por Dn. Antonio Contreras, amigo beturio, experto en alhajas reales. 
Confiamos en la debida evolución masculina, para no tener que volver al corsé.
Así que la Virgen de Atocha tiene derecho reconocido a que Felipe II la llamara patrona de Madrid y de todos los Reinos. Se cuenta que, habiendo caído enfermo de tercianas en Extremadura, el pueblo de Madrid, solidario como siempre, no se desentendió de las tercianas extremeñas y sacó a la Virgen de Atocha en procesión, consiguiendo la mejoría del monarca quien mandó edificar la Capilla Mayor.
El santuario de Atocha fue elevado a la dignidad de Basílica el 12 de noviembre de 1863 a petición de la reina Isabel II, gracia que le fue otorgada por S.S. Pío IX. El edificio ha sobrevivido a un incendio (1652), al saqueo de las tropas napoleónicas, -fue convertida en cuartel-a la exclaustración de los dominicos, a ser cuartel de inválidos, a la masacre de la guerra fratricida del 36, que, como tantas iglesias, fue incendiada de nuevo el 20 de julio, perdiéndose toda su riqueza interior de obras de arte, pudiéndose rescatar no obstante la talla de la Virgen, llevada días antes a casa de un devoto. Habría que esperar hasta la navidad de 1951 para inaugurar la nueva iglesia, con trazos de arquitectura madrileña, de ladrillo visto y estilo neoclásico, que es como actualmente la conocemos.

Tanto la Casa de los Austrias como la de los Borbones han tenido a la Virgen de Atocha como su Patrona Real. Frente a su altar mayor se han casado algunos reyes y bautizado a algunos príncipes y a ellas se acercan después de las ceremonias nupciales, para hacer ofrenda del ramo de la novia o para presentar los infantes a la virgen, como en un pasado reciente han hecho los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia.
Los españolitos somos poseedores de un montón de cualidades, pero nuestros defectos no nos dejan levantar cabeza, lo reconozco. Para muestra tenemos el Panteón de Hombres Ilustres. Nos cuesta tanto reconocer y aplaudir las excelencias de nuestros compatriotas, que ello nos lleva a purgar nuestras conciencias a base de generosidad en los honores en cuanto se mueren, pero no antes, no sea cosa que fueran a disfrutarlos. Es como una maldad póstuma, disfrazada de reverencia. Y sigo. EL Panteón al que nos referimos es un diseño del arquitecto Fernando Arbó, de estilo neobizantino, levantado en lo que iba a ser el nuevo proyecto de la Basílica de Atocha y que, por falta de dinero, sólo se pudo levantar el campanil y el panteón.
El campanil

La manía de empezar la casa por el tejado y el no saber contar el dinero o desconocer cómo distribuirlo, nos lleva a no rematar. La “grandeur”, pero sin sustancia. Votado el proyecto en las Cortes Generales, el 6 de noviembre de 1837 y después de más de treinta años de indecisión, encima indecisos durante treinta años, en 1869 una comisión se puso a localizar los hombres relevantes dignos del homenaje. Entre la incompetencia y la desidia no se pudieron encontrar entonces los restos de Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Luis Vives, Velázquez…etc. Los restos que acogieron este primer panteón fueron los de los poetas Juan de Mena, Garcilaso de la Vega, y Alonso de Ercilla; los militares Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán), y Federico Gravina; el humanista Ambrosio de Morales; el justicia Mayor de Aragón Juan de Lanuza; los escritores Francisco de Quevedo y Pedro Calderón de la Barca; el político Marqués de la Ensenada y los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva y luego ya sí, a todo tren y pompa, se formó una comitiva de más de cinco kilómetros, con desfile de carrozas fúnebres, bandas de música, unidades del ejército y de la Guardia Civil, estudiantes, religiosos, políticos e intelectuales, con disparo de cien cañonazos.
Poco duró este aparatoso e incongruente proyecto. Años más tarde los restos, poco a poco fueron devueltos a los lugares de origen.

Dn.José Iglesias, Dn. Ricardo Hernández, Dª Inmaculada Valiño

Más triste que no hacer nada es no rematar o no poder rematar lo empezado. Hoy en el Panteón descansan, Eduardo Dato y José Canalejas, permaneciendo los espléndidos túmulos funerarios de los mejores escultores del momento, Mariano Benlliure, Querol, Ponzano, pero sin sus ilustres y honorables huéspedes.

No nos dejaron hacer fotos en el interior
estas están sacadas de internet, 
asi como la de los principes de Asturias y la corona .
 Las fotos sin pie son de mi propio genio artístico, que a veces me vence













Y como que por homenajes que no quede, españolitos, acabamos ante el que se erige en la Fuente del Ángel Caído, la primera, que no la única, escultura en el mundo mundial que hace referencia a Lucifer, levantada en el solar de la antigua Fábrica de porcelanas de Carlos III, destruida durante la Guerra de la Independencia.

Obra de Ricardo Bellver y Francisco Jareño, que hizo el pedestal, inspirándose el primero en el “Paraíso perdido de Milton: Canto I: "Y como por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado".

Imagen cedida por Dn. Agustín Espinosa



Y ojo ahora, que voy a hacer de friki y deciros que el dicho monumento descansa sobre la cota 666 de nuestra Villa de Madrid.



Después de esto, nuestra condición humana, nos impelía a un refrigerio.

Exmo. Sr. Dn. José Luís Gonzalez, Dª Maruja Sánchez, Dª Antonia Pons Coch

Como este mes pinta en rosa, como no podía ser menos, hemos disfrutado de una brillante conferencia sobre la escritora y poeta extremeña Carolina Coronado, que por sí misma merecería todo una entrega de este blog, a cargo del Excelentísimo Sr. Dn. José Luís Gonzalez Barrera, General de División del Ejército del Aire, un humanista, un verdadero hombre del renacimiento, capaz de disertar sobre filosofía, botánica, arte, historia, física, matemática, astronomía… en profundidad. Es decir, un hombre en íntima comunión con el saber humano que nos regaló un estudio inteligente y concienzudo y una investigación erudita dada por un gran comunicador, con lo que, por su amenidad y contenido, dejó al auditorio pegado a sus asientos sin pestañear, manteniendo posteriormente un coloquio entre los asistentes. Espléndido conferenciante, un lujo. El día menos pensado os lo cuento con detalle, no será lo mismo, pero me afanaré.

El corazón de Beturia, junto con el Hogar Extremeño de Gran Vía de Madrid, ha rendido un homenaje póstumo a Dn. Rogelio García Vázquez, pintor, medalla de Extremadura y Cruz de la Orden de Alcántara, natural de Maguilla, Badajoz, con asistencia de sus familiares. Dn. Alberto Lebrato le dedicó al piano un concierto de tangos, música preferida del pintor. Unos tangos que desgranaron notas desgarradas de ausencia que, paradojas de la vida y del arte de la música, nos hicieron presente la figura del amigo. Dn. José Ramón Grande y su esposa, Dª Belén Sainz, interpretaron el dúo de Las Leandras, cerrando el acto.

Dn. José Iglesias, la sobrina del pintor, Dª Maruja Sánchez,
 Dª Mª José Vera, alumna del pintor

 

La soprano, Dª Belén Saiz
 y Dn. José Ramón Grande, no tanto por fuera como por dentro



Se presentó en el Hogar Extremeño de Madrid la obra Sine agricultura nihil editado por Beturia Ediciones, dando inicio a una nueva colección, Campos de Ortiga, como ya apuntamos el mes anterior, siendo acompañado por el presidente de la Asociación Cultural Beturia, Dn. Víctor Sánchez-Gijón, subdirector de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, Dn. Jacinto Gil Sierra,  la presidenta del Hogar Extremeño, Dª Maruja Sánchez, la prologuista, Dª Antonia Pons Coch, el presidente de Beturia, Dn. José Iglesias Benítez, de izquierda a derecha.


Y tuvimos nuestra tertulia cultural el último jueves del mes, con la ponencia de Dn. Jacinto Gil Sierra, una documentadísima exposición, que versó sobre la evolución de los aperos agrícolas y la desaparición de léxico por falta de uso de su objeto.
Rematado por música de guitarra y un tinto extremeño, como lo demanda el cuerpo, amigos.
Como nadie quiere hacerse responsable de lo que yo escribo, me han dicho que firme siempre.
Antonia Pons Coch
Dn. Agustín Espinosa, Dn. Vicente García,
 Dn. Jacinto Gil, Dª. Inmaculada Valiño,
Dn. Alejandro García, Dn. Francisco Puch Juárez, poeta
Dn. Julián Mora





2 comentarios:

Rosa dijo...

Antonia, es un placer leer tu informe sobre vuestras andanzas beturias. Que conste que no lo he leído por entregas, sino de un tirón, porque, como te digo, es un verdadero placer, y esto es lo que me hace pensar: ¡Mecachis, otra que se me escapó!

Abrazos. Rosa

Beturia dijo...

Querida Rosa, muchas gracias por leernos y por haber podido hacerlo de un tirón. Para la redactora es un estímulo lo que me dices. Tengo un problema contigo, que no es un olvido, es la ignorancia de no saber cual de los cinco contactos que tengo con nombre de Rosa eres tú. Así que manda un correo a beturialiteraria@gmail.com y te identifico para así poder mandarte las convocatorias de nuestros avatares beturienses y, si te place sumarte a ellos cuando quieras. Un gran abrazo.